Ilusiones

Me parece mentira volver a sentir ilusión por escuchar la voz de alguien al otro lado de un teléfono. Que no me importe dormir tres horas al día casi una semana entera sólo por compartirnos.

Que la distancia no sea más que una prueba pequeña que podemos superar con nuestra ilusión.

Y es que se puede sentir más cercano a alguien que está tan lejos… y tan lejos a alguien que está tan cerca…

La distancia no es cuestión de kilómetros, ni de diferencias horarias, ni de culturas, ni edades…

Las distancias las ponemos nosotros, al igual que las barreras y los obstáculos.

Y la más alta de las montañas puede resultar ser una mota de polvo si la afrontamos con ganas y con esperanza.

Sólo tenemos que tener fuerzas para escalar, pese a que un día resbalemos y tengamos que empezar desde el principio.

Tal vez así cuando lleguemos a la cima de esa montaña la apreciemos más, por todo lo que nos costó llegar a ella.

Y nos sentaremos a descansar de todo el esfuerzo realizado y nos daremos cuenta de que mereció la pena.